Ya estamos todos en casa después de una jornada inolvidable.
Anticipo una pequeña crónica pues me duelen hasta las pestañas. Hoy los mercurianos mas aguerridos han batido records. No hay nada mas reconfortante que ver como motos de 20.000 euros sucumben a las mercurios circulando por la nieve.
Algunos llegamos ya el sábado para ir aclimatándonos.
Es zona de trufa, y estos huevos trufados estaban de muerte.
El domingo a primera hora llegó el grueso de la expedición. Cogimos fuerzas y empezamos la subida. Pista forestar con piedra y grava. Algo de barro helado y nieve a los lados de la pista. Poco a poco se iba complicando y a los pocos metros estaba ya la organización con el café con leche, las pastas y la famosa estrella. Pero para un mercuriano eso es poco y decidimos llegar al observatorio que hay arriba del todo , a unos diez kilómetros más. Pocas motos nos pudieron seguir. Cuestión de peso nada mas.
Al final, después de una hora de subida intensa y otra de bajada muy peligrosa, volvimos a la base.
Numerosas caídas pero sin daños para los mercurianos.
A ver si los otros compañeros amplian la crónica.
